31 dic 2009

Marcha Atrás y Sin Frenos

La fiesta de nochevieja la celebramos en aquella casa-castillo-palacete extraño que parecía conocer como la palma de mi mano. Era en mi pueblo, sin embargo en mi pueblo no hay ningún edificio como el de mi sueño. Tenía dos pistas de baile, de piedra, como los castillos. Las barras también eran de piedra gris, y el ambiente era frío y divertido. Cerraron una de las pistas. Nos vamos a la que queda abierta. También la cierran. Hora de dormir.

Salgo a la calle, frío mucho frío, y compruebo que hay un sitio donde poder aparcar bien. Me monto en mi viejo BX que estaba mal estacionado al final de la empinada calle y antes de arrancarlo lo coloco en mitad de la misma, donde me doy cuenta de que no lo he puesto en marcha. Ya es demasiado tarde: el coche va cayendo, marcha atrás, por la empinada calle. Le doy al contacto; no funciona. El coche va cogiendo velocidad; por fortuna no hay gente a esas horas. Lo intento de nuevo, no hay manera. Más velocidad. Estoy tranquilo, sé que arrancará. Otra vez...por fin!. El motor se pone en marcha, le meto la primera, pero el coche ya no responde, va demasiado deprisa bajando la calle. Acelero, freno...disminuye la velocidad... un grupo de niños con con gorro de pico cruzan  la calle; pito, no hacen caso, cruzan; me llevo por delante unos cuantos. Parece no importarle a nadie.

Me envuelve una paz, una resignación que no acabo de entender: he cogido a unos niños con gorro de pico, el coche recula a toda velocidad sin saber cuál va a ser su fin y parece que no me importa nada...

El BX parece que se frena un poco, la calle termina, se estrecha...una callejuela...un callejón...el coche va directo al callejón...nos metemos en la minicalle...el coche se atasca, salen chispas de la carroceria por el roce con la paredes del callejon....va frenando....se para.

Bajo del coche, me acerco a un riachuelo que hay cerca, meto los pies en el agua y observo como se acercan unos niños con gorro de pico...me fijo. No son niños, son los enanos. Los siete enanitos. Pero cuento más, muchos más. "¿Por qué sois tantos?". "Porque siempre hay algún hijoputoa que se lleva por delente a alguno de nosotros con el coche".

Y me fui con ellos. No sé adónde.

Este ha sido mi sueño.

No hay comentarios: