2 nov 2009

3 arroces, 3

Quería resistirme. Pero no, esto me lo tengo que contar.

El sábado a medio día le pregunté a mi niña, la del buen paladar, qué queria para comer. "Arroz al horno, no te compliques la vida". Aquello me sonó a desafío, de manera que me metí en al cocina y me puse a investigar. En la nevera de las bebidas, como si de un reserva se tratara, encontré un cazo con caldo de cocido de días atrás. Ya tenia algo. En uno de los armarios de la cocina descubrí un tetabric con caldo de pescado. aquello iba tomando forma. Y, por último, quedaba la opción de una arroz al horno clásico. La decisión la tomé cuando recordé que la cazuela de barro donde cocino el arroz estaba rota y no la había repuesto.Pero, !ajá!, allí estaba: una torre de cazuelas de barro individuales. Decidido, haría tres clases de arroz al horno. Una cata.

Al caldo de cocido le añadí pimiento verde frito, tomate, pimentón dulce y ajo. La de pescado la completé con pimiento verde,  rojo, tomate, ajo azafrán y alguna cosa más. La clásica la avié con lo de siempre. Como nota extravagante aproveché un poco de caldo de cocido que sobraba y experimente con una tapa de fideos al horno. El resulatdo fue de dieces para los arroces y un no sabe/no contesta para los fideos.

La reacción del público:

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