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-¡Machista repugnante!, porque eso es lo que eres Malaspulgas, un machista retrogrado, antiguo -Lola se iba creciendo en la indignación- cavernario, inculto...
-Vale, ya está bien Lola -me vi obligado a intervenir, después de todo Malaspulgas era un cliente-. Y tú, Malaspulgas, no te creas tan gallito que las chicas van entendiendo de esto más que los tíos.
-Como profesional del comercio -terció Don Próspero- tengo que decir que la operación parece un poco desproporcionada, pero teniendo en cuenta quién está detrás seguro que el negocio es redondo.
-Pues la Iglesia -intervino Don Ángel- se acuerda mucho de los niños del Biafra cuando ve estas cosas. ¡La de bocatas de calamares que se podían comprar para esos niños con esta cantidad de dinero!. Pero doctores tiene la Iglesia, caballeros.
-¿Pero es que nadie se acuerda de lo que pagó el Barsa por Maradona después de lo mundiales del 82?. Aquí lo que sucede -Don Severo, el maestro, parecía que tenia las ideas claras- es que se pone de manifiesto las tensiones territoriales, porque a ver, ¿quién está criticando al Madrid?, pues los catalanes segregacionistas. ¿Es que no lo ven?
-Yo lo que digo es que el Florentino tiene un par de cojones, ¡sí señor! -el que hablaba era Visitador García, el representante de aletas de buzo, que rondaba a Lola como un moscardón desde hacia unos días-
-¿Cojones? -Malaspulgas se metió de lleno en la conversación- lo que tiene es una par de bancos que le dejan el parné. Y cojones, vale, eso no lo voy a negar, pero aquí lo que cuenta es la pastora, chicos, sino de qué. Y una cosa más os voy a decir...
-Poco a poco, muchacho -Don Próspero cortó a Malaspulgas y echando un paso atrás para tener mejor pespectiva del grupo, adelanto la copa como si de una batuta se tratara- esto tiene fácil final. Mi colega Don Florentino, que es un tipo cabal y avispado, está acostumbrado a las inversiones millonarias, que es lo que es esto, lo que pasa es que aquí sois todos unos muertos de hambre que os acojonais cuando oís hablar de cien mil euros de nada. ¿No te parece Búho?
-Yo lo que digo es que cada uno haga con su dinero lo que quiera, pero con el suyo. Y si le sale mal que apechugue.
-Jefe -Lola parecía más apaciguada- ¿cuando iniciamos conversaciones para la revisión salarial?
-Vende lo que vende el Cristiano y yo me convierto al florentirismo.
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