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-Las hay, Malaspulgas, las hay.Y pensándome estoy si seguir viniendo por aquí.
-Vamos, D. Ángel, que no se diga que es un cura preconciliar. Sólo son chicas que vienen a tomar unas copas.
-¿Pero dónde coño están, Búho?. Yo no las veo.
-Malaspulgas, este local es algo más que ésta barra. ¿No has entrado nunca al salón "14 de febrero"?
-¿14 de febrero?
-Sí, allí donde pone "amores que matan nunca mueren".
Malaspulgas y el cura se acercaron hasta una puerta giratoria que no deja ver el interior. Se detuvieron unos instantes antes de decidirse a entrar, cuando lo hicieron no se apartaron del giro de la puerta y salieron después de dar la vuelta.
-¿Y bien?
-¡Búho, si no clausuras ese salón no volveré por aquí!. Mi misión es redimir almas y lo que he visto no hay quien lo arregle. ¿Por dónde entran esas minifalderas, esas desvergonzadas que muestran sus vergüenzas delante de los hombres?. Cóbrate que me voy.
-Pues yo o he visto nada. Es sólo un almacen vacío y polvoriento. Me has engañado Búho. Para compensarlo me pones una copa a cuenta de los fondos reservados.
-Pues yo siempre veo hombres y mujeres enamorados, mirándose a los ojos, entrelazando sus manos y susurrándose "tequieros" al oído.
-Estás loco, Búho. ¡Pon la copa!.
-Don Ángel ve pecado en todo lo que no está en la Iglesia. Y tú, Malaspulgas, no ves más allá de tu copa. Los ojos de sentir no están el la cara, están en el pecho. Toma tu copa.
Y es que al final del camino cada cual ve lo que quiere ver. Y sólo viendo lo que quieres ver sigues caminando...y soñando que puedes llegar...
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