“Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.” (George Orwell)
No es broma, lo de “miembras y miembros” lo dijo una ministra, y nada menos que en sede parlamentaria. Se trata de la titulara de un ministerio/ministaria inventado para hacer bonito y que hasta la fecha no tiene funciones ni contenido, y opera en un local prestado por otro/otra ministerio/ministaria. Bibiana Aído, que así se llama la jovena ministra, se dirigió a los miembros y miembras de la comisión con un “señoríos diputados” y “señorías diputadas”. Con un discurso plagado de “ellas y ellos”, “todas y todos”, “ministras y ministros”, “ciudadanas y ciudadanos”, “señorías y señoríos”, etcétera y etcétero Este vocabulario políticamente correcto, esta patada al castellano en todos los mismísimos, este engorro cansino y agotador de la pose moderna y progre, va a llevar de cabeza a las periodistas y los periodistos si es que quieren estar a la última y no les importa caer en la cursilería de la señora ministra.
Si tenemos en cuenta que este ministerio/ministeria tiene pocas funciones y menos presupuesto, se podría pensar que el sudoku de letras no es más que un entretenimiento de la ministra y su equipa. ¡Pero qué va!, Bibiana Aído lo decía en serio, y hasta es posible que creyese que estaba iniciando una revolución feminista usando la jerga zapaterista y anunciando la creación de un teléfono del maltratador. Teléfono que servirá para que los hijos de puta que maltratan y asesinan a las mujeres llamen y se desahoguen antes de violar y acuchillar a su pareja. ZP en estado puro: tunear el lenguaje y mucho dialogo.Tender puentes para el dialogo –en este caso tender líneas de teléfono- y convencer mediante la seducción de que no sean tan cabronazos, que matar es malo y que reflexionen antes de cometer la canallada, en lugar de mandar a las guardias civilas o a los guadios civilos, es el clímax del zapaterismo. Y el lenguaje, claro. Esta sopa de letras en la que se ha convertido el discurso hueco de escaparate no es más que le reflejo del nuevo diccionario gubernamental. Llamar proceso de paz a la negociación con ETA, llamar reasignación temporal de caudales a los trasvases, llamar desaceleración a la crisis, o llamar accidente a los atentados es lo que tiene, que –y dicho sea a la pata la llana- se hacen la picha un lío. Personalmente prefiero a alguien con talento para manipular el idioma. Y con gracia, como Don Mario Moreno.
Aviso para ultras y ultros: Dicho queda lo dicho sin consideración del sexo de la ministra o ministro, que las bobadas no entienden de sexo, edad, condición ni cargo.
(El señor de monover.com ha tenido a bien publicar este escrito. Se agradece)
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