5 mar 2008

EL TERCIO ARTISTICO

La cultura es zurda. Eso pregona la izquierda. Una izquierda que es de una habilidad envidiable como escaparatista, lo saben y lo explotan. Lo que no esté dentro del escaparate no existe. Los artistas que no se acomoden tras los cristales blindados del socialismo, no son dignos de entrar en el reino de la cultura. Y esto desde la transición. El arte, la cultura, necesita de un ambiente de libertad para desarrollarse, de ahí que la cultura, mayoritariamente, tomase posición contra la dictadura e intentase alejarse de todo aquello que sonase a franquismo. El apoyo de los artistas al socialismo fue generosamente agradecido con contratos millonarios en las ferias de los pueblos. Concejales de fiestas firmaban como posesos cheques millonarios para demostrar que la cultura no es elitista y llega a todo el pueblo (hoy, ciudadanía). Aunque la derecha también lo hizo la imagen estaba creada, el escaparate blindado y las subvenciones en marcha.


Se me dirá, y con razón, que la “gente de la cultura” también piensa y pueden tener sus propias convicciones al margen del mercadeo. Mi máximo respeto para ellos. Pero lo que no puedo aceptar es que, por el simple hecho de pertenecer a un colectivo, se tenga predeterminada la ideología y las creencias. Estas se suponen libres y personales.
La creación, y es mi opinión, no es de derechas ni de izquierdas, salvo la sectaria. El arte y el conocimiento necesitan, simplemente, de libertad para desarrollarse y eso no lo consiguen los gobiernos, lo logra un marco abierto, libre y tolerante. Un sistema de libertades. Otra cosa es la financiación. Y los artistas serán de derechas, de izquierdas o mediopensionistas según les salga de las narices.

La apropiación que el zapaterismo hace de la cultura –dice que los artistas son “gente libre, valiente y comprometida”, y que les apoya porque “son nuestros”, así, sin matices, en general y sin distinguir opiniones personales- me recuerda a los tercios del franquismo. Los cantantes, autores, actores y artistas en general, quedan encuadrados en el tercio artístico. De firme apoyo al régimen. ¡Adhesión inquebrantable!. Lo que opinen y sus convicciones quedan para la intimidad, y en secreto.

Son convicciones, y la mía es que la cultura, la creación, la inspiración, el trabajo, la vocación, el esfuerzo y el talento están reñidos con la condición de palmero agradecido. No me creo que “el mundo” enterito de la cultura esté con el PSOE, con el PP o con cualquier otro. Seria decepcionante, triste y para echarse a llorar que después de treinta años se mantuvieran los tercios

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