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¡Chapó, Nico! Por fin algo sensato sobre el Casino. Estaba pensando seriamente en darme de baja, pero no me perdonaría perderme las escenas que has descrito. Luego, al despertar, comprobaremos que no está el estirado de Roger Moore, que Sean Conery –yo soy más cornelyanista- ha menguado, que no bebe Martini con vodka, mezclado por favor, ni conduce un Austin Martin; lamentaremos que no haya playa de donde emerja Halle Berry ni, lástima, la rotunda Ursula Andress. Pero el escenario está preparado.
El escenario del Casino da para mucho. Para que los decimonónicos paseantes endomingados se dejen ver, o para las soflamas clasistas, demagógicas y trasnochadas de los nostálgicos “anticasinistas” que son puro anacronismo en una sociedad de clases medias envueltas en Internet, en los teléfonos móviles y en los viajes de bajo costo. Al final será lo que digan sus socios y lo que marquen los tiempos. Pero que nos quede el escenario, y con él, la ilusión de que Sean Conery vuela a pedir un Martini con vodka y que, a falta de playa, la perturbadora figura de Ursula surja por la escalinata con su machete en la cadera. Es todo un programa para las próximas elecciones del Casino. Tal cual. Y que lo expliquen en los Ratones Coloraos, entre el Risitas y Falete. ¿Por qué no?, ya sabes, nunca digas nunca jamás. Quien lo proponga se lleva mi voto. Prometido.
Fígaro
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